Junto a la siembra de alimentos cultivan principios que refuerzan la unidad familiar y comunitaria, la concien cia de que en la unión organizada radica su fortaleza y bienestar.
En afanosa búsqueda de la seguridad alimentaria, se abre espacio en la frontera la casa-malla, modelo de agricultura protegida para producir hortalizas y otros frutos orgánicos, aplicado en un proyecto comunitario que, bajo la consigna de la unión organizada, se desarrolla en la provincia de Dajabón con cuarenta familias dominicanas y haitianas.
Esta iniciativa fronteriza, un nuevo emprendimiento jesuita orientado a erradicar el hambre y al cuidado ambiental, transforma la vida de esas familias en las secciones Las Rosas, Mompaque Arriba, del municipio de Restauración, y Cañongo, en Dajabón.
Interesados en la sostenibilidad en el tiempo, el proyecto dio paso a un proceso organizativo, de formación y fomento del ahorro, iniciado con cuatro grupos de diez padres o madres de familia que, a la vez, logran alimentos para el cuerpo, nutrir su mente y cultivar esperanzas.
Además de asesoría en esta tecnología tipo invernadero con una estructura en madera, aprenden nociones de nutrición y cuidado ambiental, prácticas de siembra sustentable y amigable al ambiente.
Ganan conciencia de la importancia de la unión y la organización, de que en la unión organizada radica la fuerza de los empobrecidos, consigna de un proyecto con el que el campesinado alza su voz contra el impacto nocivo de la actividad minera de la empresa canadiense Uni-Gold en la zona.
Fuente: www.hoy.com.do