Es imperativo reconocer el gran desafío migratorio actual, que afecta a gran parte del mundo y a la República Dominicana. Sin embargo, no deberíamos abordar esta crisis como un problema aislado, sino como una oportunidad para fortalecer el tejido social y económico de nuestro país. Creemos firmemente en la capacidad de nuestro pueblo para superar este desafío migratorio. La historia del pueblo dominicano está marcada por la resiliencia y la solidaridad, valores que hoy nos llaman a actuar con justicia y compasión. Las acciones que se ejercen ante cualquier situación de crisis deben siempre respetar la dignidad humana y ajustarse a las leyes nacionales e internacionales. Esto incluye un trato humano para todos los migrantes y sus descendientes y procesos justos y transparentes para la regularización y renovación de documentos.

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